SER CRÁNEO: Georges Didi-Huberman




 
SER CRÁNEO: Georges Didi-Huberman

Concebir el arte sólo como mímesis, es decir como imitación más o menos fidedigna de la naturaleza nos lleva a analizar profundamente las manifestaciones de Giuseppe Penone cuando advierte que existe una diferencia entre una escultura que fabrica objetos en el espacio (OBJETOS DE ESPACIO) y otra que transforma  los objetos en actos sutiles del lugar (LUGARES QUE APARECEN)

Entiendo que OBJETOS EN EL ESPACIO son aquellos creados por el escultor a imagen y semejanza de la naturaleza y por lo tanto, en un sentido, FALSOS. Mientras que el objeto representado ocupa un espacio y un tiempo en la naturaleza que el artista nunca habrá podido representar del todo en su obra, acabada siempre en un tiempo y espacio mucho más limitados.

El canto rodado encontrado en el lecho de un rio, por ejemplo, conserva una forma determinada por la intervención en su masa de distintos agentes de la naturaleza misma: el tiempo, el roce, el arrastre, la erosión, etc., etc. sin ser manipulado por la acción y la mano del hombre.

Por lo general, ante la visión de un cráneo, su representación a lo largo prácticamente de la historia del arte ha sido, efectivamente, como una mera caja ósea, independientemente de su diseño natural, de su aspecto interior, incluso de su función; una función específica como es la de albergar un cerebro en las mejores condiciones posibles  preservandolo de los ataques del exterior. Pero independientemente del lugar que ocupe un cráneo y de la función que ejerce, preservativa de nuestro cerebro,  y por tanto de nuestro pensamiento, a este mismo cránero le hemos dotado a lo largo de la historia de unas atribuciones y connotaciones simbólicas que por sí mismo le identifican y le definen. Por tanto, el artista de hoy día muy poco puede hacer para cambiar las convenciones que respecto de la caja craneal los humanos, desde la antigüedad hasta nuestro dias, le hemos venido atribuyendo.

Por poner sólo un par de ejemplos, basta con decir a que asociamos una calavera con dos fémures cruzados bajo de ella. Inmediatamente nos vendrá a la memoria un barco de piratas navegando por el Atlántico. Al pié de la cruz de Cristo en el Calvario aparece, o debería aparecer siempre un cráneo, visto como el de Adán en persona. Este cráneo es visto también  como un lugar de fundación para toda una religión. Las llamadas "vanitas" no se concebían sin la presencia de un cráneo humano, haciendo alusión a toda la simbología que representaba sobre el paso del tiempo y un final para todos igual.

Antes del cráneo signo u objeto, se encuentra el cráneo LUGAR

Desde el punto de vista escultórico, ¿como invertir el procedimiento para que la obra acabada resulte un lugar y por lo tanto hacerla parecer como la acción propia de la naturaleza?
Con esta inversión lo que sin duda se consigue es que la escultura adquiera el valor de anamnesis material, anamnesis, en definitiva, en tiempo presente.

Dudo que el escultor contemporáneo pueda o quiera plantearse la acción escultórica tal y como la consigue hacer PENONE. Debo suponer que en su caso sí que pretende adentrarse en estos términos tan filosóficos y que posiblemente sería, en todo caso, lo ideal, pero el peso de los caracteres simbólicos que en ocasiones aglutinan las formas, expresan por si mismos su propia identidad, su propio lenguaje y, por lo tanto, también su propio significado.

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